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En esta aplicación, el cloro gaseoso se recupera y se comprime. El cloro gaseoso es letal, tóxico y extremadamente corrosivo, por lo que debe prestarse especial atención al material del compresor, al líquido de sellado y a la configuración del sistema. Las aplicaciones de cloro gaseoso a baja presión que utilizan ácido sulfúrico de alta concentración pueden manejarse con un compresor estándar de fundición nodular. Con temperaturas de funcionamiento más bajas y ácido sulfúrico como líquido de sellado, hay poco o ningún riesgo de que se produzca óxido en el hierro, lo que hace que el hierro fundido sea una opción más rentable que el Hastelloy. Por el contrario, las aplicaciones de alta presión requieren una carcasa de compresor fabricada en acero inoxidable austenítico (316L o HC276 para determinadas aplicaciones), con accesorios en el acero para tener en cuenta las tolerancias de corrosión adecuadas. Nuestros especialistas en aplicaciones e ingenieros tienen experiencia en el diseño de compresores y sistemas de cloro y pueden configurar una solución que satisfaga las necesidades de su proceso.